Y recuerdas esa vez que "estuvo" orgulloso de ti , te dijo muy bien, alzó sus manos y las chocasteis. Creistes que le habías impresionado, pero en el fondo, no le importó.
¿Lo sientes?
Estás tan cerca que casi puedes rozarlo con las yemas de los dedos.
No te rindas ahora.
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