Me
encontré a mi misma preguntándome si de verdad merecería la pena; dime, ¿la
merece?.
Por una
milésima de segundo deseé no haberme apartado.
Por una
milésima de segundo me pregunté a mi misma si no era eso lo que se suponía que
tenía que haber pasado.
¿Y te acuerdas de ese día en el que me llamaste y me preguntaste como estaba? Yo te dije que mal, pero que ya se pasaría. Tú me dijiste que sentías haberme mandado ese mensaje, que tendrías que haberme llamado, que no sabías que me iba a afectar así. Te dije que no podía hablar y colgué.
No estábamos discutiendo. No era entre nosotros. Pero acabó convirtiéndose en "nosotros".
... ¿Te acuerdas? Me acuerdo.
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